En nuestro país existen potentes energías de lo Divino Femenino que custodian los parajes naturales, y tienen regencia sobre ciertos ámbitos de la vida humana, vegetal y animal. Si bien no todas son reconocidas como Diosas por los pueblos originarios, sus atributos y su energía nos
conectan a las manifestaciones de la Gran Madre Cósmica.
El trabajo de quienes conformamos el templo es activar las energías de estas deidades mediante nuestras ceremonias, las ofrendas, los procesos devocionales y la invocación. Trabajamos con una Rueda Medicinal establecida de acuerdo a nuestra geografía (como país) e invocamos a los diferentes aspectos de la Diosa que se manifiesta en la naturaleza de una manera específica de acuerdo al pacha que estemos transitando: Sisa pacha (Ñusta o doncella)/ Rupay pacha (Mujer jaguar)/ Tarpuy pacha (Mama)/ Tamia pacha (Ñawpa- anciana).
Las Diosas que conforman la Sagrada Rueda de Pacarina son estudiadas y convocadas ceremonialmente por quienes han decidido iniciar su formación como sacerdotisas o sacerdotes, Ellas nos permiten acceder a los reinos invisibles y nos dan la oportunidad de desplegar nuestros talentos personales.
Pacarina es la manifestación de la Diosa que ocupa el centro de la Rueda; Paqarina, Pakarina o Pacarina en el mundo andino es un lugar sagrado, de donde han venido los ancestros o las primeras deidades, es simbólicamente el vientre de la Gran Madre del cual todos los seres hemos venido.